No me mal interpretéis, el restaurante es muy acogedor, el dueño siempre está muy atento y simpático, pero las hamburguesas... las he probado mejores y no muy lejos. En cuanto a los precios, se encuentra en la línea de lo que normalmente encontramos cuando vamos a una de estas hamburgueserías de moda. Es carillo, unos 10€ por hamburguesa, lo que provoca que al final, entre entrantes, bebidas y postres la cuenta ascienda a unos 20€ por cabeza cada vez que lo visitas.
El sitio está impecable, agradable y muy bien decorado. La atención suele ser óptima, y no tardan en sacar la comida. Siempre que hemos ido han tenido una o dos mesas ocupadas, lo cual nos daba plena libertad para sentarnos y el restaurante casi solo para nosotros. No es un mal sitio para llevar a una pareja si ésta es aficionada a las hamburgueserías de moda y tenéis confianza como para veros devorar una hamburguesa con las manos y, tal vez, ensuciaros un poco.
En cuanto a mis recomendaciones sobre la carta, yo siempre recomendaría probar aquellas hamburguesas con mezcla de dulce y salado (creo que hay una con piña muy buena). Los entrantes están todos muy buenos y no son industriales. En cuanto a los postres, suelen tener una selección de tartas que están buenísimas; una de cerveza que recomiendo encarecidamente.
El restaurante se encuentra en Las Rozas de Madrid, en el centro comercial "El Palmeral".
