Del 7 al 16 de
septiembre se celebrará el Concurso de Tapas en Majadahonda. Cada año
numerosos bares y restaurantes locales participan con una tapa propia para promocionarse y aprovechar el periodo festivo.
Pero no se trata de tapas sencillas. Muchas veces
resultan platos en miniatura con más o menos éxito.
Cada año hay
más participantes, presentándose este año un total de 44 establecimientos, más
del doble que el primer año, lo que imposibilita la opción de probar todas las
tapas, provocando que muchos establecimientos algo alejados del centro queden
algo apartados del concurso.
El proceso para participar es
sencillo: en el establecimiento en el que uno empiece se debe pedir la cartilla del
concurso y la tapa en cuestión. La tapa se sirve acompañada de vino o caña por
3 euros, o acompañada de refresco por 3,5
euros. Tras esto, dicho establecimiento pondrá un sello en su casilla
correspondiente de la cartilla. A partir de ahí, cada establecimiento participante
que uno visite solo tendrá que ponerle el sello en la misma cartilla. Una vez alcanzado
el mínimo de sellos para votar o más, se introducirá el voto en las urnas que
hay en cada establecimiento, con los datos personales y eligiendo la mejor
tapa.
Entre los
participantes que hayan votado se realiza un sorteo cuyos premios van variando
cada año siendo, por ejemplo, cenas en el establecimiento ganador o un día en el Spa de Majadahonda.
A algunos
lugares se acude con una idea de lo que se encontrará, ya que sus nombres son
muy descriptivos, como por ejemplo, “Medallón de rabo de toro con patata
trufada y chupito frío de Boletus”, mientras que en otros es todo un misterio,
como por ejemplo, “Onneca Fusión”.
Por
experiencias anteriores podemos asegurar que las tapas estarán buenas, pero el
precio restrictivo que tienen y el número mínimo de tapas que se debe consumir
para poder votar, empaña bastante un concurso en el que a veces no merece la
pena participar, sino comerte un par de tapas sin intención de votar.
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